Siempre fui buena administrando mi tiempo. No sé bien cómo, pero hacía todo lo que tenía y quería hacer.
Me asombró darme cuenta que estaba cayendo en la “red de los ausentes”. Al fin y al cabo es eso lo que hacía, estaba ausente. Dejé de ir a los lugares que solía visitar, dejé de ver a las personas que siempre están, dejé de lado las largas charlas, la lectura confortable. Me veía como Manolito envuelta en el “tic-tac efímero”.
Me asombró darme cuenta que estaba cayendo en la “red de los ausentes”. Al fin y al cabo es eso lo que hacía, estaba ausente. Dejé de ir a los lugares que solía visitar, dejé de ver a las personas que siempre están, dejé de lado las largas charlas, la lectura confortable. Me veía como Manolito envuelta en el “tic-tac efímero”.
Tuve que cruzarme por casualidad con “el Dieguito” para darme cuenta que hacía mucho que no lo veía, que muchas cosas en su vida habían cambiado ¿Por qué llegar hasta ese punto?
1 comentario:
Porque el ritmo de otra gente nos lo impone así. Todo tiene que ser rápido, ya, ahora. Con un minuto perdido puede ser demasiado tarde.
Besos Eli!!!
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